Si estuviera vivo, Hugo Chávez conmemoraría este lunes el aniversario
de su fallido golpe de Estado el 4 de febrero de 1992. Y lo haría con un nuevo
alzamiento.
Así lo cree Rafael Ramírez, el que fuera por 12 años el “zar
del petróleo” como presidente de la estatal PDVSA, el pulmón financiero (y el
corazón y las piernas…) del país.
Ramírez, acusado por gobierno y oposición de corrupción,
está en un lugar de Europa que no revela porque se siente perseguido.
Desde ahí se postula como candidato presidencial en unas
eventuales elecciones que reclama gran parte de la comunidad internacional para
resolver la crisis política que vive el país con el desafío de Juan Guaidó a
Nicolás Maduro.
Contra ambos se opone Ramírez, un ingeniero de 55 años que
de 2002 a 2013 puso a PDVSA y los miles de millones que entraron al país en el
“boom” petrolero al servicio de las políticas de Chávez.
OKI Noticias.
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